La Latina es el epicentro de Madrid, un bullicioso barrio cargado de historia, gastronomía y vida nocturna. Un lugar para perderse en sus rincones, una vez disfrutes de las vistas únicas de tu Flat Sweet Home Plaza Mayor o te relajes en tu Flat Sweet Home Mercado de San Miguel, ambos muy próximos a La Latina. En este vecindario los madrileños pasean su versión más auténtica y refinada dejándose llevar por la idiosincrasia de la zona.
Este singular conjunto de edificios y pasiones se forma en 1499. La Latina debe su nombre a Beatriz Galindo, una mecenas que fundó un hospital en la zona donde se erige hoy en día el Teatro La Latina, el centro cultural más destacado del barrio. Beatriz era maestra de latín y su ocupación terminó por dar nombre al lugar.
La zona fue creciendo fuera de la antigua muralla que rodeaba el primer Madrid, llenándose de nuevas calles como la Cava Baja, llamada así porque sus habitantes cavaban trincheras ante los ataques árabes. En esta singular calle iniciamos nuestro recorrido gastronómico por La Latina. En ella se encuentran un sinfín de propuestas que coquetean con la tradición culinaria de la ciudad. Las hay innovadoras como La Antoñita, ubicada en un antiguo y tradicional edificio madrileño, o más castizas como la Taberna del capitán Alastriste o Casa Lucio, su Taberna con el mismo nombre justo enfrente y sus famosos huevos rotos con patatas, símbolo de la clásica cocina local. Más allá de la Cava Baja encontrarás propuestas muy diversas.
La Bobia es un local que recupera el nombre y la ubicación de un bar de moda de la Movida Madrileña durante los años 80, ahora es un refinado bar de cocina asturiana donde degustar sus joyas culinarias como el Pixín, la Fabada o el Cachopo. Todo ello acompañado con sidra y en una terraza decorada con un mural intervenido por la Galería Swinton & Grant. Muy cerca está la Plaza de la Cebada, con su tradicional mercado de alimentación lleno de productos locales de gran calidad. Justo en frente del mercado, podrás descubrir la huella de las culturas japonesa, libanesa y europea en la colorida cocina Brasileña en un local tan acogedor como preciosista de nombre Tapioca.
Quizás optes por vivir tu experiencia despreocupado de la báscula, pero en Viva Burger podrás pecar de gula sin miedo por tu salud. Este restaurante vegano destaca por tener las mejores hamburguesas vegetales de la ciudad, un placer exquisito sin repercusión calórica con guiños a la cocinas más exóticas del planeta!. Otra opción sabrosa y sana es Zoco, un representante de la cocina flexiteriana, una tendencia que fusiona la cocina vegetariana con ingredientes animales de manera sublime en un equilibrio, todo ello creado con los mejores ingredientes orgánicos.
La Latina es desde tiempos inmemoriales el refugio del noctámbulo. Si te gusta la noche es el lugar ideal para dejarte seducir por sus encantos. La noche deja su huella en lugares como el Corral de la Morería, un templo al flamenco más puro en medio de Madrid. Por sus tablas han pasado desde Lola Flores a Joaquín Cortés. Aún hoy mantiene las mismas esencias que le convirtieron el mejor tablao del mundo durante sesenta años de embrujo flamenco. Este clásico de La Latina acompaña su inigualable show con una deliciosa cocina de autor española solo apta para auténticos foodies. Los amantes de la noche más seductora tienen otro punto de encuentro en un nuevo referente de la zona de reciente inauguración, El Bombón ofrece lo mejor de la cocina caribeña y pudiendo bailar un poco de salsa. Un lugar incomparable en Madrid cuyo éxito en Barcelona ha contribuido a su desembarco en el barrio, su ritmo contagioso sirven de previa a una noche sofisticada.
Un cóctel en La Francesa mientras escuchas blues abrirá tu apetito nocturno. Este pequeño pero entrañable local es un tesoro escondido en la pequeña calle Costanilla de San Pedro, muy cerca del Cabaret Berlín: una discoteca con mucho estilo donde retrocederás al Berlín de los años 30. En La Latina tampoco podía faltar la música en directo. La Sala El Sótano ofrece lo mejor de la escena alternativa madrileña y española con una programación variada donde esuchar buen rock, pop e indie.
La Latina no sería lo mismo sin las terrazas con lugares mágicos como El Viajero, con su terraza con vistas a una de las maravillas del barrio como es la iglesia San Francisco El Grande. Esta maravilla arquitectónica construida en estilo neoclásico del siglo XVIII contiene la tercera planta circular más grande del mundo y obras de Zurbarán o Goya. En las plazas que crean el estilo de vida de La Latina, las terrazas se abren hueco y las horas del día pasan acompañadas de cañas, tapas y animadas conversaciones plazas como la de la Puerta de Moros o la de San Andrés. En ésta última se halla un edificio que custodia el pozo milagroso, testigo de un milagroso rescate de los hijos del señor de San Isidro, ubicado en el lugar donde el patrón de la ciudad vivió hace casi 1000 años sirviendo a un señor feudal. El pozo fue y se conserva en la actualidad pudiendo ser visitado de forma gratuita. En la misma Plaza de San Andrés también conocida como “plaza de La Paja” se levanta la iglesia erigida al santo que le da nombre, sus desenfadadas terrazas no son capaces de ocultar el jardín romántico que allí se encuentra, que mandado construir por el Duque de Angloma, entre sus rosales se han declarado amores eternos y es un destino ideal para un instante en pareja.
La Latina tiene otro motivo de orgullo, se trata de El Rastro, el mercado callejero más grande de España, se celebra cada domingo desde las 10 de la mañana hasta pasadas las tres de la tarde. Comienza en las inmediaciones de Cascorro, una plaza castiza que cualquier otro día de la semana saluda al visitante con sus terrazas al aire libre. El mercado desciende la calle Ribera de Curtidores y alrededores poblando la zona de todo tipo de productos, desde ropa hasta antigüedades formando un curioso collage urbano y un universo propio digno de contemplar. El colofón a este día se completa con la degustación de alguna de las 20 variedades de tostas que posee El Capricho Extremeño, un local tradicional donde encontrar lo mejor de la cocina española sobre un exquisito pan, precios bajos y el placer de comer con las manos al aire rodeado del ambiente de El Rastro convierten sus bocados celestiales en una suculenta experiencia.
La vida en la calle es un reflejo del latido de La Latina, un barrio cosmopolita y bohemio que ha sabido mantener su esencia abriéndose al mundo. Su animada vida social es una excusa irresistible para abandonar la comodidad de tu Flat Sweet Home por un rato en un recorrido por el alma tradicional de esta ciudad insomne.
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