Madrid encuentra tesoros inmortales en los lugares más insospechados. En las empinadas calles donde se han narrado historias, comprado libros, objetos y moda inclasificable se pueden encontrar escenas de la vida madrileña irrepetibles. Ese lugar se llama El Rastro.
Es una tradición centenaria y ahora una fascinante exposición recopila imágenes obtenidas en sus stands callejeros. Retazos costumbristas del ayer de un valor incalculable. Un fascinante viaje al pasado que no debes dejar de ver.